La obra “Alma de Girasol” se inscribe en un mundo imaginario donde los seres de luz encarnan una esencia radiante y transformadora. Inspirada en la visión de entidades cuya existencia trasciende lo físico, esta pieza propone que el sol de sus pensamientos irradia energía vital, similar a la de los girasoles, simbolizando fuerza y renovación. La figura central, con un girasol como cabeza, refleja esta luminosa fuente de conciencia, mientras que su centro, el corazón, se desborda en alas de mariposa que transportan color y vida por todo el cuerpo, la obra captura la delicadeza y el dinamismo de esta idea. Los pétalos dorados del girasol, sobre un fondo azul que evoca un cosmos infinito, sugieren un pensamiento iluminado que guía a estos seres. Desde el corazón, las alas de mariposa, tejidas con tonos vibrantes, se extienden como un flujo de energía que pinta el torso con flores y patrones, simbolizando la difusión de su luz interior. Esta metamorfosis visual representa la creencia de que su esencia no solo brilla, sino que transforma todo a su paso. Conceptualmente, “Alma de Girasol” invita a imaginar un estado de ser donde el espíritu humano, elevado a ser de luz, encuentra su fuerza en la unión con la naturaleza y la creatividad. El girasol como sol mental y las mariposas como alas del corazón crean una narrativa de esperanza y color, resonando con quienes sueñan con un mundo de energía pura y belleza infinita. La obra trasciende lo estético para ofrecer un espacio de contemplación, donde la luz y el movimiento se entrelazan en una danza eterna de vida y transformación.